Según cuentan las crónicas, parece ser que el actual Parque del Poniente tomó forma a partir de 1863, cuando se soterró el antiguo ramal norte del Esgueva, el terreno pasó a explanada y posteriormente a parque. Ya desde sus inicios, los responsables municipales destinaron su uso a los más pequeños, y desde entonces han sido miles los niños que se han acercado a la vera de sus árboles y jardines para divertirse. Pero en 1933 tuvieron, si cabe, un motivo más para ir a Poniente, cuando se construyó allí un curioso parque temático dedicado a los personajes infantiles más importantes de la época. Hoy quedan pocos testimonios de aquellos días, salvo unos pocos nombres evocadores: La Lechera, Pichi, Lolín y Bobito, Pinocho y, por supuesto, Pipo y Pipa, los famosos personajes creados por Bartolozzi.
Como sombras o fantasmas del pasado, sus nombres resisten todavía al pie de los pedestales donde una vez estuvieron sus estatuas, que el olvido, el silencio y el vandalismo hicieron finalmente desaparecer.
Quede como recuerdo y anécdota de aquella época este curioso bando dictado por el ayuntamiento:
"Ha quedado prohibido el estacionamiento de parejas en el parque infantil del Poniente. La orden, como se advertirá, tiende a evitar que en un parque destinado exclusivamente a los niños se presencien escenas que la Alcaldía se abstiene de juzgar en el orden moral, pero que, aunque se juzguen con amplitud de criterio, será forzoso reconocer que no pueden tener como marco un parque infantil ni por espectadores a unos adolescentes.
Cupido, que se ha permitido calificar de “absurda”, en un diario local, la antedicha prohibición, puede, por lo demás, buscar otro lugar más adecuado para sus legítimas expansiones. El parque del Poniente, por ahora, es solamente para los niños."
4 de junio de 1934 – Boletín Municipal de Valladolid